jueves, 16 de agosto de 2012

Pensando Correctamente.

Mantener en fe y esperanza la atmósfera de tus pensamientos es lo que te guiará por caminos de paz y éxito. Dios tiene planes para nosotros, Él tiene un plan específico para ti y otro para mí. El ya pensó de antemano un camino para sus hijos. No importa que tan confusa o enrarecida se vea tu vida en el presente, si tan solo nos abrimos a ese plan de Dios para nosotros, las cosas volverán al rumbo ideado por Él (Rom. 8:29). “Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas”.Sal. 139:16 En el mundo hay muchas influencias que nos presionan. Nuestra mente fue fuertemente afectada por la sociedad, la familia y los poderes espirituales, para que pensemos al revés de cómo el Señor quiere. Pero la buena noticia es que si tan solo nos alineamos a los pensamientos de Dios para nosotros, éstos nos guiarán a nuestro destino de éxito. ”Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. Jeremías 29:11 (Fil. 4:7) Cualquier inclinación a pensamientos negativos (confusión, dudas, temor, desgracias, auto-menosprecio) es para resistirlos y reemplazarlos por los pensamientos de Dios que nos dan vida y paz (Rom. 8:9) La atmósfera de tus pensamientos determinará el tipo de creencia y fe que tienes. La mente se debe disciplinar y entrenar día a día para llegar a cumplir grandes cosas, para vivir una buena vida como Dios quiere. Tus expectativas, tus sueños, tus metas, enfocarte en aquello que te apasiona, impulsado por el Espíritu de Dios, será lo que te hará arrasar como un río impetuoso sobre todo obstáculo en tu contra. Tu voluntad y tu creencia es lo que llena tus pensamientos, y estos guían tu vida al éxito. Nuestra mente esta bajo nuestro propio control, Dios nos entrego el dominio propio para que pensemos de la forma que queramos, cuando un pensamiento negativo quiere apoderarse de nosotros, es porque algo nos indujo a pensar así. Tal vez la ignorancia de la palabra de Dios, por falta de fe, por otras personas, por los medios de comunicación, o por cualquier otra fuente que haya logrado introducirse en nosotros y formar una fortaleza mental. Si no concuerda con lo que dice la biblia: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida” (Sal. 23:6) realmente es un pensamiento que no procede del Espíritu Santo, por lo tanto el arma es: Resistir, al resistir estamos diciendo: “Yo no acepto esto, no lo creo, no lo recibo en el nombre de Jesús” En cambio pienso, hablo, medito, escucho y visualizo las cosas buenas que Dios tiene para mi. Cuando en tu interior te predispones a lo bueno que Dios tiene, se lo pides en oración y actúa por fe, ciertamente el hará milagros en tu vida. Haz esta oración: “Señor te entrego mi vida en este día para que me guíes por el destino preparado para mi, recibo el querer como el hacer por tu buena voluntad, dame sabiduría y discernimiento en cada decisión que tenga que tomar. Resisto cualquier clase de pensamiento negativo en el nombre de Jesús. Amén”

lunes, 13 de agosto de 2012

oracion de fe

Cuando hacemos la oración de fe, estamos orando la voluntad de Dios para que se hagan las cosas en la tierra como se hacen en el cielo. La oración de fe es valiente y se hace desde un fundamento de fe sólido. La persona que hace esta oración está segura de la voluntad de Dios para la situación o el asunto entre manos. Tiene seguridad y esperanza, sabiendo que es la voluntad de Dios responder a su oración. "La oración de fe tiene poder. La oración de fe tiene confianza. La oración de fe tiene sanidad para el cuerpo y el alma". La Iglesia del Nuevo Testamento estaba haciendo este tipo de oración cuando oraba por Pedro. Justamente en medio de su oración oyeron golpes en la puerta, y era Pedro. Se quedaron asombrados. Podemos ver muchos otros ejemplos de esta oración en el ministerio de Jesús, los apóstoles y en nuestras vidas hoy. Los apóstoles oraron sabiendo cuál era la voluntad de Dios para las situaciones que afrontaban. Muchos creyentes temen que cuando dejen las cosas para que se haga la "voluntad de Dios", de algún modo no recibirán la solución, provisión, sanidad o liberación que necesitan. Pero no conocen la voluntad de Dios para ellos. Según la oración modelo que Jesús dio a sus discípulos en Mateo 6:9-11, debemos orar para que se haga la voluntad de Dios. Pero la gente "renuncia a su inteligencia en ese punto ante el Dios desconocido... No dice: 'Si es tu voluntad' y se detiene ahí. Hay una coma aquí, no un punto. La oración es esta: 'Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra' (Lucas 11:2)". Yo diría que hay una diferencia significativa. Fe en la voluntad de Dios Cuando hacemos la oración de fe, estamos orando la voluntad de Dios para que se hagan las cosas en la tierra como se hacen en el cielo. Aquí es donde es muy importante una revelación clara del Reino. ¿Hay enfermedad en el cielo? ¿Hay carencia en el cielo? ¿Hay alguna persona no salvada en el cielo? Debemos tener fe para creer que Dios quiere que su voluntad para nuestra salud, prosperidad y la salvación completa se manifieste no solo cuando vayamos al cielo sino también mientras habitamos en la tierra. Es para su gloria. Cuando las personas ven que Dios escucha a su pueblo y contesta sus oraciones, eso es un testimonio para Él. Las personas son atraídas a Dios cuando pueden ver mediante sus testigos que Él es un Dios que oye, y si oye, ellos saben que responderá. Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Tiene usted que obtener la seguridad de que es la voluntad de Dios para usted, para que cuando ore, lo haga con confianza y fe en que Él responderá. El Señor quiere que tengamos más fe. Cuando varios están orando juntos por la misma petición y uno ha hecho la oración de fe, el Espíritu Santo glorificará a Jesús dando testimonio de la oración que se ha oído... El Señor quiere que sepamos que Él nos ha oído. Tenemos que darle gracias y alabarle por responder, y eso nos ayudará mucho cuando oremos. —William Seymour Una gran fe Hay muchos tipos distintos de fe: (1) fe para ser salvo, (2) fe general en lo que a usted le parece real, (3) fe en que Dios es real, (4) fe en que su silla no se romperá cuando se siente sobre ella, etc. Pero de lo que estoy hablando es de otro tipo de fe, una fe especial. La Nueva Traducción Viviente dice: "A otro el mismo Espíritu le da gran fe" (1 Corintios 12:9). Esta fe, también denominada fe especial, es uno de los dones espirituales. Smith Wigglesworth dijo que usted a menudo verá que si da un paso de fe y usa su propia fe, la que tiene como cristiano, cuando se le acabe a menudo se activará esta fe sobrenatural. La razón por la que no les ha sucedido a muchas personas es porque no usan primero lo que ya tienen. Cada creyente ya tiene una fe general o salvadora, la cual también es un don. Efesios 2:8 dice: "Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios". La fe por la que usted es salvo es un don de Dios, pero no es uno de los nueve dones del Espíritu. La fe salvadora usted la recibe oyendo la Palabra, porque la Biblia dice: "Así que la fe [fe salvadora] es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). La fe de la que estamos hablando, "fe especial", es distinta a la fe general o fe salvadora. Es una manifestación sobrenatural del Espíritu Santo mediante la cual un creyente es capacitado con una fe especial, o gran fe, que está por encima de la fe salvadora. Este es el tipo de fe que usted necesita para mover las obstrucciones y los obstáculos de su camino. Enfermedad, problemas económicos, abuso, orgullo, desempleo, ataduras y fortalezas de todo tipo no podrán permanecer en su vida cuando usted ore con esta gran fe. ¡Se tienen que ir! Lo único que tiene que hacer es creer, y nada será imposible para usted (Marcos 9:23). Eso es especial. Esta fe especial hará que hable usted a demonios tercos y les diga: "Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él" (v. 25). La fe especial es la gran fe que Jesús tuvo durante su ministerio en la tierra, y Él dijo que nosotros caminaríamos en un poder incluso mayor y haríamos cosas mayores de las que Él hizo